La Fitoterapia estudia la
utilización de las plantas medicinales y sus derivados con finalidad
terapéutica, ya sea para prevenir, para aliviar o para curar las enfermedades.
Conocida también como
herbolaria (del latín herba, 'hierba'), es la ciencia del uso extractivo de
plantas medicinales. Los registros más fiables datan el concepto de fitoterapia
desde el imperio Sumerio en el año 3000 a.C., sin embargo, es gracias al médico
francés Henri Leclerc (1874 – 1955 d. C.) que usa por vez primera el término en
su obra “Précis de Phytothérapie”. Una traducción etimológica da a entender que
se trata de una “terapéutica con plantas”.
La fitoterapia pertenece
al ámbito de la medicina y se relaciona estrechamente con la botánica y el estudio
del metabolismo secundario vegetal, es ejercida por médicos y por
fitoterapeutas. La farmacéutica tiene su aproximación a la fitoterapia en la
farmacognosia, que da cuenta de los constituyentes químicos de las plantas o de
sus órganos o partes y de las propiedades farmacológicas de estos. La
Fitoterapia moderna, se basa en el conocimiento de la Farmacología, y considera
los aspectos farmacodinámicos y farmacocinéticos de los medicamentos basados en
plantas medicinales, en estudios preclínicos y clínicos, sin olvidar su origen
en el conocimiento ancestral y la experiencia de prueba y error heredada de las
pasadas generaciones.
El uso de plantas como
recurso terapéutico natural se remonta a tiempos muy remotos. Hoy en día la
ciencia confirma la presencia en ellas de compuestos químicos con acciones
farmacológicas, denominados principios activos, que constituyen muchas veces
los ingredientes primarios utilizados por laboratorios farmacéuticos como punto
de partida en el desarrollo de formas comerciales que serán patentadas para su
uso terapéutico. Los fitofármacos, por su parte, incluyen aquellos extractos
estandarizados producidos a partir de la totalidad de una planta o de sus
partes u órganos. Se incluyen como material o droga vegetal a plantas terrestres
y también a las algas. Queda aún por definir si los principios activos
extraídos de hongos y levaduras deben incluirse como fitofármacos o como se ha
propuesto, como fungifármacos.
Precauciones con las plantas
medicinales
Notese que como cualquier
medicamento, algunas plantas pueden provocar reacciones adversas, intoxicación
por sobredosis o interacciones perniciosas con otras sustancias. El consumo de
plantas naturales por cualquier vía realmente es un proceso de medicación y es
importante que sea informado al médico en caso de necesidad, porque cualquier
otro fármaco podría interaccionar negativamente con la planta. Por lo tanto, es
necesario el mismo control médico estricto con las plantas medicinales que con
los medicamentos de síntesis.
Además se han de tener
otras precauciones ante el uso de plantas con efecto farmacológico activo.
Antes de recolectar una planta medicinal, es necesario asegurarse de haber
identificado correctamente la que se busca. Un error a la hora de recoger una
planta puede ser un error mortal, ya que muchas plantas medicinales se
confunden fácilmente con plantas tóxicas. En cualquier caso, si hay alguna
duda, siempre se recomienda no recoger la planta o bien consultar con un
experto.
El uso de estos productos
es cada vez mayor en las sociedades modernas. Merece la pena destacar que
algunos pocos productos (por ej. el poleo-menta) pueden afectar negativamente a
la lactancia materna. Debido a la importancia de ésta en la salud de madres y
lactantes, resulta de interés evitar todos los factores que pudieran interferir
en las prácticas de lactancia materna.
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